1. El consumidor es más consciente de sus necesidades
Gracias a las posibilidades que ofrece internet a los consumidores de turismo, estos cada vez se sienten con mayor libertad a la hora de buscar información. Con el paso del tiempo el viajero está cada vez más y más informado, más ‘empoderado’, y más capacitado para organizar su viaje de manera independiente. Aunque continúan existiendo clientes que confían en agencias de viajes que les organizan sus vacaciones al completo, los clientes que prefieren contactar con las agencias una vez han optado por uno o varios productos turísticos están en auge.
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En muchas ocasiones las agencias se han visto en la obligación de competir en el mercado a través de precios. Sin embargo, este consumidor no busca precisamente analizar los productos turísticos por sus precios. Este viajero estudiará las opciones turísticas que más se ajusten a sus necesidades, a sus intereses. Tal es el cambio de actitud respecto a la toma de decisión que a los viajeros no les importará pagar más por el producto si cuentan con la confianza de que este producto les aportará el valor que demandan.
Y es precisamente la demanda del consumidor lo que destaca la evolución que está teniendo en estos últimos años. Tras décadas de turismo enfocado al periodo estival y en primera línea de mar, los viajeros están en búsqueda de autenticidad. Buscan destinos diferentes, como zonas alejadas de los grandes focos turísticos, y productos que les permitan vivir experiencias únicas, conectadas a la autenticidad de esos lugares diferentes.
Básicamente tanto el destino a visitar, como las actividades que el viajero puede realizar allí, son los dos factores clave de su decisión de compra. Es por eso que parte de su investigación cuenta con el análisis de las opiniones de expertos del sector como de otros viajeros que han compartido su experiencia en internet.
2. Unas vacaciones sostenibles
En un mundo cada vez más consciente de las cuestiones de sostenibilidad, el viajero cada vez se involucra más en buscar opciones que reduzcan el impacto negativo en el medio ambiente.
Los grandes focos turísticos de Europa, pese a que dedican sus recursos a mantener sus ciudades y entornos limpios, están notando a día de hoy las consecuencias de la masificación turística. Y eso el consumidor de viajes también lo siente. Si bien el turismo de masas sigue vigente y con un amplio público, las agencias de viajes que quieren alcanzar a un viajero más exigente deben considerar el impacto de sus productos en el destino.
Es por eso que el consumidor turístico más exigente busca alejarse de los grandes focos turísticos, optando por destinos próximos a estos que sean menos masificados. O bien optar por alojarse en las capitales turísticas, con la opción de visitar puntos locales donde no haya una saturación de turistas.
Esto significa, pues, que el viajero se siente más responsable sobre su impacto. Estarán interesados en buscar productos turísticos que tengan en cuenta valores tan destacados hoy en día como la sostenibilidad, el respeto al medio ambiente, la seguridad, e incluso la igualdad. El viajero exigente quiere ser respetuoso con el entorno del destino y con la población local, y poder disfrutar de su viaje sin sentirse preocupado por circunstancias o amenazas que pongan en peligro su bienestar o el de los demás.
Quizá es por esto mismo que está en auge el turismo enfocado a experiencias rurales, experiencias conectadas con la naturaleza. No solo para conocer entornos naturales que no han sufrido el impacto urbano, también lo toman como una manera de desconectar de la rutina diaria, para disfrutar de unos días sin estrés.
3. En búsqueda de una transformación
Otra de las tendencias que se están observando en los viajeros es su búsqueda de experiencias que les transformen, que les ayuden en su crecimiento personal. Si bien uno de los aspectos más destacados es la necesidad de desconectar de la rutina diaria, el viajero ahora contempla sus vacaciones como una manera de vivir experiencias que le ayuden a reflexionar, a aprender, a crecer como individuo.
Es por eso que hay viajeros que optan por productos turísticos que incluyan actividades para buscar la desconexión o la relajación. Por ejemplo, practicar yoga o meditación. Es cierto que son prácticas muy habituales extendidas por el mundo. Pero al aplicar estas actividades en un entorno diferente, los viajeros consideran que son métodos que los ayudan a conectar con la identidad del destino que visitan mientras que cuidan de sí mismos. Hay otros viajeros que optan por realizar cursos en el destino, o hasta actividades de voluntariado.
Los viajeros que necesitan vivir experiencias nuevas optan, por ejemplo, por destinos poco explorados por el turismo internacional. Pocos rincones quedan sin descubrir en nuestro planeta, pero hay viajeros que quieren experimentar su transformación como ‘aventureros’ realizando actividades en lugares remotos.
Por otra parte, hay viajeros que repiten visita a destinos ya conocidos. La transformación la viven buscando experiencias que todavía no han vivido en ese lugar. Esto suele ser más habitual en viajes breves, como los viajes de fin de semana.
4. ¿Solo o en compañía?
Las personas que viajan en pareja o en grupo buscan esencialmente reforzar sus lazos. Por ejemplo, es más habitual que las parejas busquen productos turísticos donde puedan ser más activos. La sensación de aventura, de diversión, de adrenalina, les aportan no solo entretenimiento personal, sino experiencias que comparten y que les ayuda a fortalecer su relación.
En el lado opuesto, gracias al ‘empoderamiento’ del viajero para poder tomar sus decisiones, cada vez son más los consumidores de turismo que optan por viajar solos. Esto permite mayor libertad para escoger destino, alojamiento, fechas, pero sobre todo libertad para escoger el producto turístico más ajustado a sí mismo.
5. ‘Millenials’ y ‘Baby boomers’
Hoy en día el público favorito del turismo a nivel mundial son los llamados ‘Millennials’, llamados así por haber nacido aproximadamente entre los años 1981 y 1995, en los que la tecnología empezaba a formar parte importante de sus vidas. Precisamente al ser la primera generación en experimentar el ‘boom’ tecnológico, son los que mejor saben emplear internet para planificar sus viajes. Y a los que las DMCs desean tanto atraer.
A nivel mundial, el 23% de los viajes internacionales los realizan personas entre 15 y 29 años, por lo tanto, personas ‘Millennials’. (World Tourism Organization, 2016) Y este porcentaje sigue en aumento: se espera que en 2025 los ‘Millennials’ pasen a ser el 50% de los viajeros internacionales (Tourism Megatrends 10 things you need to know about the future of Tourism, 2016). Esto no solo se debe a viajes de placer, sino también a que muchos ‘Millennials’ están entrando en el terreno de los viajes de negocios.
En el caso de la generación ‘Baby boomer’ (nacidos entre los años 1946 y 1965), pertenecen a un grupo de edad mayor, lo que significa que no muchos comparten las mismas tendencias de búsqueda de información que tienen los ‘Millennials’. Este grupo de consumidores sí que tienden a continuar confiando en las agencias de viajes para que organicen la totalidad de sus vacaciones.
Sin embargo, sí que comparten ciertos intereses con los ‘Millennials’. Por ejemplo, el crecimiento personal, el equilibrio, y disfrutar de su libertad. Es por eso que estos consumidores se sienten atraídos por aquellos productos turísticos que les hagan recuperar ese espíritu de juventud, de inspiración. (Euromonitor International, 2019)
6. La relación con la tecnología
Hasta aquí puedes imaginar que las últimas tecnologías han tenido un gran impacto en el sector turístico. Sobre todo, en la fase previa al proceso de compra. Sin embargo, una vez es momento de coger las maletas y salir de su hogar, hay dos tipos de actitudes que están destacando en el sector turístico.
Una tendencia es la de irse de vacaciones, pero continuar conectados al mundo a través de los ‘smartphones’. El fenómeno de tener miedo a perderse las cosas que ocurren en las redes sociales ahora cuenta con un nombre: ‘Fear of Missiong Out’ (FOMO). Es por esto que muchas compañías aprovechan esta tendencia para continuar manteniendo el contacto con sus clientes a través de sus redes sociales.
En el polo opuesto están aquellos que precisamente emplean sus vacaciones para desconectar del estrés del mundo virtual. Estos clientes, con el nombre de ‘Joy of Missing Out’ (JOMO), desconectan de sus ‘smartphones’ para disfrutar de su tiempo libre, y sobre todo de su privacidad. Y debido al mundo tecnológico en el que vivimos, cada vez son más los viajeros que optan por las propuestas JOMO. (Euromonitor International, 2019)
Por ello las compañías también apuestan por experiencias preparadas especialmente para esta desconexión digital. Y en estas propuestas se incluye especialmente una mayor interacción del personal de la compañía, para ofrecer un contacto más humano con el producto turístico.
7. Interés por la cultura y costumbres locales
Precisamente por el interés de los viajeros en conectar más con los destinos que visitan, prefieren realizar otras actividades diferentes. En lugar de buscar experiencias enfocadas a las grandes masas de turistas, los viajeros más exigentes prefieren vivir experiencias auténticas y locales. Desde visitas culturales donde educarse sobre la historia y las costumbres del lugar, hasta rutas gastronómicas para degustar los productos locales.
8. Experiencias personalizadas
Hay agencias DMCs que están detectando estas tendencias entre sus clientes, lo que es una magnífica oportunidad para crear experiencias personalizadas. Esto permite a las compañías definir productos ajustados completamente a las necesidades de los clientes. Y sobre todo, teniendo en cuenta estas últimas preferencias de los clientes.
Si has detectado alguno de estos nuevos intereses entre tu público objetivo, quizá sea un buen momento para volver a echar un vistazo a tus tipologías de clientes y contemplar nuevamente tus estrategias de marketing para atraerlos teniendo en cuenta estas nuevas tendencias del consumidor.
Imágenes: chuttersnap | Luca Bravo | Mesut Kaya | Annie Spratt